La Organización Mundial de la Salud (OMS) define sobrepeso y obesidad "una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud" y que puede ser calculada fácilmente con el IMC.
La obesidad es actualmente el quinto factor de riesgo de muerte a nivel mundial y se caracteriza por una hipertrofia del tejido adiposo en el cuerpo humano. Esto implica un alto riesgo de padecer problemas de salud como colesterol, hipertensión, aparición de diabetes y enfermedades cardíacas, entre muchos otro
Existen diferentes tipos de obesidad así como diferentes grados, dependiendo el Indice de Masa Corporal de la persona, el método más común para identificar este problema, aunque existen otros como el de medir la distribución de la grasa corporal en el abdomen y cintura.
El desarrollo de la obesidad está relacionado principalmente con los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, aunque hay ciertos factores que ayudan a su aparición, así como la genética, el ambiente en el que vive la persona o otras enfermedades crónicas, fundamentalmente del Sistema Nervioso.
Para prevenir su aparición simplemente llega con una alimentación sana y equilibrada, con un consumo de calorías diario equilibrado y proporcional a la persona y su actividad física, así como se recomienda realizar un poco de ejercicio varios días a la semana. Sin embargo su tratamiento puede ser mucho más complicado ya que pasa por cambiar los malos hábitos de la persona y si no se lleva con constancia no será efectivo.
Por eso es bueno tener una educación sanitaria y alimenticia, y conseguir así evitar que el número de personas con obesidad siga aumentando cada año en los países desarrollados, siendo uno de los mayores problemas de salud pública.
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