Varias investigaciones han demostrado que la cerveza es igual de efectiva que el agua para rehidratar después de practicar deporte. No todas las variantes de este placer terrenal son adecuadas para el consumo después de realizar ejercicio físico.
Existen distintas clasificaciones que catalogan las mejores cervezas para rehidratarse. Su principal componente es el agua pero al obtenerse de la fermentación de cereales, su composición nutricional aporta pequeñas cantidades de hidratos de carbono, así como minerales y vitaminas del grupo B. Por este motivo, las más adecuadas son las que menor contenido alcohólico poseen. Éstas suelen tener un mayor índice glucémico, es decir, la malta y el lúpulo utilizados apenas fermentan por lo que la bebida queda prácticamente libre de alcohol y con un mayor contenido de hidratos de carbono. Por el contrario, las cervezas con mayor graduación alcohólica inhiben la secreción de ADH (hormona anti-diurética) por lo que favorece la diuresis, es decir, la pérdida de agua.
Para una óptima recuperación, también debemos incorporar proteínas. Este aporte proteico podemos obtenerlo con una tapa de jamón serrano o mejillones.
Con moderación, cerveza y deporte son complementarios, placenteros y saludables
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