
Los trastornos psicológicos, depresiones, etc... también están relacionados en muchos casos con la obesidad. Estas enfermedades producen una alteración en el sistema nervioso que da lugar a deficiencias en el sistema humano que controla la saciedad y el apetito, así como la termorregulación, y que llevan a la persona a comer en todo momento.
Las obesidades medicamentosas se deben al consumo de fármacos corticoides, antidepresivos o antituberculosos, entre otros, los cuales alteran el almacenamiento de grasas en el paciente.
La causa más común de todas es la obesidad por desajuste del sistema de control del peso corporal. Esto implica que, como con algunas enfermedades del sistema nerviosos, exista un fallo en el ajuste de la saciedad, lo que lleva a comer desmesuradamente y, por otra parte, a que el propio cuerpo intente mantener un peso elevado, reconociéndolo como el peso ideal para la propia persona.
Otras causas, menos comunes, son las obesidades debidos a fallos cromosómicos, en la termorregulación, o por enfermedades endocrinas.
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