sábado, 9 de noviembre de 2013

Al pan, pan, y al vino, vino

Uno de los argumentos que más se escuchan cuando se habla de alimentación es que “no sabemos lo que comemos“ cuando realmente la situación es toda la contraria. Hoy es el momento histórico en el que mayor información alimentaria hayamos tenido jamás, y de forma más fácilmente accesible. 

Ejemplos de la amplia variedad de información que disponemos podrían ser, desde vídeos de cómo se hacen distintos tipos de alimentos hasta la web de la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea, la EFSA, la cual lleva años trabajando para hacer que la información y las pruebas sobre los alimentos sean lo más accesible posible a los ciudadanos de la UE.

Pero quisiera detenerme en la que probablemente sea la mejor fuente de información nutricional disponible: la base de datos de Nutrition.self.com, perteneciente a la revista Self, dedicada a la salud y el bienestar. No solo nos muestra los componentes de gran cantidad de alimentos, crudos y procesados, sino que los desglosa y nos da una serie de indicadores muy útiles para determinar las características de cualquier alimento. También especialmente útil en casos de alergias alimentarias.

La valiosa información que podemos obtener de esta web incluye, desde de la información nutricional básica hasta una serie de indicadores sobre la calidad nutricional de un determinado alimento. 


Tendremos a nuestra disposición un mapa objetivo nutricional de cada alimento, una pirámide de proporciones calóricas, un indicador de factor de inflamación y un indicador de índice glucémico.


Por último en esta web podremos acceder al no menos importante cuadro de información nutricional muy desglosada, e incluso nos permite calcular automáticamente el valor en función del peso que hayamos seleccionado (gr, onzas, etc…)

Como conclusión, en vista de lo que nos proporciona hoy Internet, podremos quejarnos de publicidad engañosa de algunos alimentos, de que su composición sea más o menos adictiva o incluso engaños intencionados en el etiquetado. Pero de lo que no hay duda es de que hoy en día podemos saber casi el 100% de cuánto nos llevamos al paladar. Queda por reflexionar que seamos la población con mayor información en materia alimentaria y que, por el contrario, tengamos los valores de sobrepeso y diabetes más altos de la historia. Cambiar esta situación depende únicamente de nosotros.

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